https://doi.org/10.24844/EM3201.11
Luis Moreno Armella
En agosto de 1978 en Santiago de Compostela se conocieron el profesor François Pluvinage y el profesor Eugenio Filloy. Ese encuentro marcó el inicio de una relación que François iba a sostener con nuestro Departamento de Matemática Educativa de manera permanente. Desde entonces, esa amistad no hizo nada distinto a crecer y profundizar las raíces de un árbol que ha dado muchos frutos. François fue siempre una suerte para nuestros estudiantes a lo largo de todo ese tiempo y, sin duda, para nosotros todos. No solamente por su profundidad académica sino por su bonhomía, su trato amable y su voz de trueno que llenaba los espacios en los que se encontraba. Desde un primer momento fue tangible que su presencia iba a garantizar un diálogo permanente con él y su cultura.